En la industria azucarera, el carburo de silicio (SiC) se utiliza por su resistencia al desgaste, corrosión y altas temperaturas. Sus principales aplicaciones incluyen:
Durante el procesamiento de la caña de azúcar, equipos como trituradoras y prensas sufren fricción intensa. Gracias a su dureza extrema (9,5 en la escala de Mohs, solo superado por el diamante), el SiC se emplea en placas de desgaste, impulsores y carcasas de bombas, prolongando la vida útil del equipo.
El jugo de caña contiene ácidos que corroen los metales. La excelente resistencia química del SiC lo hace ideal para reactores, tuberías y válvulas, reduciendo el deterioro por corrosión.
En procesos térmicos (evaporación, cristalización), la estabilidad del SiC (punto de fusión ~2730°C) lo hace apto para elementos calefactores, intercambiadores de calor y revestimientos de hornos, mejorando la eficiencia energética.
El SiC se usa para pulir y cortar piezas metálicas (cuchillas, rodamientos), garantizando precisión y durabilidad.
Su alta conductividad térmica optimiza sistemas de recuperación de calor, reduciendo el consumo de energía.